noviembre 08, 2019

El prometido

Allá por el cambio de siglo, Leonardo Bravo y yo andábamos tocando a dúo. La suerte quiso que el querido Walter Heinze se cruzara en nuestro camino, creándose con él una amistad profunda, que de nuestra parte incluía, además, la natural admiración.
En un viaje de Walter a Rosario, estando en casa los tres, nos hizo un anuncio: "muchachos... estoy escribiendo una pieza que les va a tener que gustar". Así lo largó. Estaba componiendo un chamamé para dos guitarras dedicado a nosotros.
Lógicamente nos agarró una alegría descomunal, y a la vez una ansiedad por tener la partitura para empezar a tocarla. "Apenas la termine de pasar en limpio la meto en un sobre y la mando". Y con esa promesa regresó a Paraná, dejándonos en la dulce espera.
El tiempo pasaba y la partitura no llegaba. Transcurrido un lapso prudencial, lo contactamos para preguntarle cómo iba la cosa... "ya casi lo tengo, prontito lo recibirán".
Pero el correo no llegaba.
Ya empezamos a insistirle (nuestra ansiedad iba en aumento), y a falta de un título, nos referíamos al nuevo chamamé como "el prometido".
En un punto decidimos hacer algo drástico para lograr que el entrerriano compositor cumpliera con su promesa. Y la ocasión llegó: programado él en Rosario para tocar en un ciclo de la municipalidad, necesitaba ayuda de músicos locales para lidiar con la burocracia que rodea el cobro de las actuaciones. Le dijimos que con todo gusto lo ayudaríamos, PERO SIEMPRE Y CUANDO NOS MANDARA ANTES LA PARTITURA. La extorsión dio resultado: no pasó más de una semana, y un sobre con remitente de Paraná apareció por abajo de la puerta.
Al abrirlo encontramos el tesoro que esperábamos.
Y el título de la obra era, naturalmente, "El prometido".

El prometido por el dúo El entrevero (Marcelo Coronel y Leonardo Bravo):

octubre 09, 2019

Los fanáticos del estilo sean unidos!


"Que yo esté acá un sábado a las nueve de la mañana es prueba irrefutable de mi amistad".
Así me dijo Maru Figueroa el pasado 5 de octubre al encontrarnos en el hall del hotel Las mañanitas de Paraná.
Apenas una hora después yo iba a estar en la ruta camino a Concordia, así que teníamos un rato breve para que ella me contara acerca de su reciente disco.
Maru supo de la existencia de José Ramón Maciel Varela, guitarrista y compositor entrerriano de música criolla ya fallecido. Este hombre había dejado (cosa rara en los músicos de extracción popular) sus creaciones escritas. Tras acercarse a la familia y transmitir su interés en rescatar esas obras, se dio a la tarea de estudiarlas y grabarlas. El fruto de ese trabajo está plasmado en "Al estilo de Maciel", el CD que ella gentilmente me regaló, y que estoy descubriendo. Además de la música para escuchar, el disco contiene las partituras transcriptas por ella misma, con la noble intención de que otros guitarristas puedan también tocarlas, más un apéndice con los manuscritos del autor.
Este esfuerzo saca del olvido el trabajo de un músico a quien casi nadie conoce, creador de un universo guitarrístico criollo, sencillo y hondo.

Lamento entrerriano  (triste), una muestra del trabajo de Maru.

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