febrero 24, 2010

Volar con la viola


Aeropuerto de Phoenix, Arizona, 24 de febrero de 2010. Volar con una guitarra es un problema. A veces cabe en el compartimento para equipajes, a veces no. Cuando no cabe, hay que despacharla a la bodega del avión, cosa que puede resultar en la destrucción del instrumento. La alternativa es pedir a la azafata que por favor la ponga en el ropero donde la tripulación lleva sus efectos personales, los diarios, etc. Esto ya depende de la voluntad que tenga el personal de a bordo. Es estresante: si mandás la guitarra a la bodega, no estás tranquilo hasta que la volvés a ver sana y salva.
Estamos por volar a El Paso, Texas, con el Maestro Christopher Dorsey. Dado que vamos juntos, el problema de la falta de lugar para las guitarras se duplica. Ojalá que el personal de a bordo esté de buen humor esta tarde, y dispuesto a ponerse en el cuero de los pasajeros que viajan con guitarras.

El gol del empate

Miércoles 17 de febrero, Melbourne, Florida. Llegar a una cultura diferente requiere, ya se sabe, adaptación. Todo tiene otro modo, otro olor, otro sonido, empezando por el idioma, que lo mantiene a uno medio aislado si no se lo maneja con fluidez. Estoy solo en el hotel. Acabo de llegar desde Phoenix, en un vuelo con escala en Atlanta, lleno de pequeñas dificultades que no existen para quienes pertenecen a esta cultura: averiguar si las valijas se recogen en este aeropuerto ó en el siguiente, comer algo, etc. La calefacción es digital y no la entiendo muy bien, el navegador de internet de la PC del hotel es totalmente desconocido...

Por suerte tengo el mate. Mientras lo preparo siento que me voy de viaje a mi cotidianeidad, por un rato. Y cuando lo tomo, el sabor amargo tan querido y familiar me compensa un poco por tanta cosa no mía, es una suerte de gol del empate.


febrero 03, 2010

Aviones

Son increíbles los aviones: nos llevan en horas al otro lado del planeta. Pero no me gustan. Hay que subirse, no hay más remedio si uno ha elegido andar. Pero no me gustan.
El destino y mi propio deseo me colocan en ese cilindro metálico que en pocas horas me estará llevando lejos. Espero que otro, no dentro de mucho, me esté trayendo de regreso.


De ida y vuelta (huella)
Letra: Roberto YACOMUZZI / Música: José Gerardo "Lalo" MOLINA
Intérpretes: Luna Monti, Juan Quintero y Carlos "Negro" Aguirre

Por andar esta huella, repecho oscuro, dejé tanto a mi espalda que ni me apuro.
Ya de ser voy dejando, me vuelvo arena, como aquel Río Salado que una vez fuera.
Andando suele el hombre tener dos huellas, una que lleva lejos, la otra regresa.
Corazón querenciero, si usted me afloja me vuelvo ahorita mismo pa' Santa Rosa.
No sé en qué madrugada daré la vuelta, por eso ir pa' delante tanto me cuesta.

Siempre vuelvo en las noches desde tu ausencia, huella de rastro fresco, lenta paciencia.
Tanto amor distancioso, mi niña amada, quemará nuestras bocas tal vez mañana.
Huella tosca y espinas cuando se aleja, violeta flor de cardo cuando regresa.
Corazón querenciero, si usted no aguanta me vuelvo ahorita mismo para La Pampa.
No sé en que madrugada daré la vuelta, por eso ir pa' delante tanto me cuesta.