febrero 24, 2010

Volar con la viola


Aeropuerto de Phoenix, Arizona, 24 de febrero de 2010. Volar con una guitarra es un problema. A veces cabe en el compartimento para equipajes, a veces no. Cuando no cabe, hay que despacharla a la bodega del avión, cosa que puede resultar en la destrucción del instrumento. La alternativa es pedir a la azafata que por favor la ponga en el ropero donde la tripulación lleva sus efectos personales, los diarios, etc. Esto ya depende de la voluntad que tenga el personal de a bordo. Es estresante: si mandás la guitarra a la bodega, no estás tranquilo hasta que la volvés a ver sana y salva.
Estamos por volar a El Paso, Texas, con el Maestro Christopher Dorsey. Dado que vamos juntos, el problema de la falta de lugar para las guitarras se duplica. Ojalá que el personal de a bordo esté de buen humor esta tarde, y dispuesto a ponerse en el cuero de los pasajeros que viajan con guitarras.

1 comentario:

  1. Hola Marcelo, desde Rosario te saludo y te deseo éxitos en todos los caminos donde vayas dejando tus huellas. A mí me ha pasado algo similar cuando recorrí Tucumán en bicicleta. Era un problema cargarla en los colectivos.
    Un abrazo muy fuerte. Bruno

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